El presidente Rafael Correa ha advertido, al menos en dos ocasiones durante su recorrido de ayer por Esmeraldas, con detener a quienes pidan ayuda a gritos en las calles, seis días después del terremoto 7.8 que asoló la costa de Ecuador provocado cerca de 600 muertos y más de cuatro mil heridos, según las cifras oficiales
“…tenemos más de medio millar de muertos, así que no permitiré que nadie me altere el orden público, yo escucho de nuevo gritar a alguien y lo mando a detener, compañeros“, ha advertido Correa, ante las cámaras de televisión, en una calle de Muise, a un hombre que al parecer gritaba.
Más adelante, las cámaras lo han captado explicando también: “…agua es lo que menos falta, tenemos decenas… a ver, déjame hablar, hermano, a ver, señor, estamos en emergencia nacional. Aquí nadie me pierde la calma, nadie grita o lo mando detenido, sea viejo, joven, hombre o mujer, nadie me empieza a llorar o a quejárseme por cuestiones que falten, a no ser por seres queridos que hayan perdido, ya viene el agua, eso no hay problema, tenemos decenas de tanqueros, tenemos un buque que viene con miles de galones, ya vienen los víveres, tampoco hay problema en eso, esperen un poquito.”